Duelo en Adolescentes

Si te has sentido identificado con estas frases es posible que hayas experimentado una pérdida reciente, ya sea por el fallecimiento de alguien cercano, por una ruptura sentimental, etc. Lo que estás pasando ahora lo llamamos duelo. O tal vez, hayas detectado algún cambio significativo en tu hijo adolescente tras una pérdida importante.

Llamamos duelo al proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida. Durante este proceso de duelo algunas personas presentan síntomas característicos de un episodio de depresión mayor, como por ejemplo, sentimientos de tristeza con otros síntomas asociados, insomnio, falta de apetito y pérdida de peso.

En casos de pérdida por fallecimiento, la duración y la expresión de un duelo "normal" varían considerablemente entre los distintos grupos culturales. Sin embargo, cuando se presentan síntomas que están presente más días de los que no, a un nivel que causa mucho malestar en la persona que los padece, que le causa dificultades en distintas áreas de su vida, y que persiste durante al menos 12 meses desde el fallecimiento, hablamos de un duelo complejo.

Estos síntomas son: anhelo y/o añoranza persistente del fallecido, pena y malestar emocional intensos en respuesta a la muerte, preocupación en relación al fallecido y preocupación acerca de las circunstancias de la muerte. Además, puede aparecer dificultad para aceptar la muerte; incredulidad o anestesia emocional en relación a la pérdida; amargura o rabia en relación a la pérdida; deseos de morir para poder estar con el fallecido; sentimientos de soledad o desapego de otros individuos desde la muerte; o dificultad o reticencia a mantener intereses (p. ej., amistades, actividades) o a hacer planes de futuro desde la pérdida.

Es importante estar atento a la reacción de los adolescentes a las pérdidas por fallecimiento, ya que es probable que dicha pérdida sea la primera experiencia de muerte cercana de un adolescente, que además puede haber perdido a una figura de referencia en un momento muy importante de su desarrollo.

Ya sea por un duelo “normal” o por un duelo complejo, si crees que estos síntomas están presentes en tu vida o en la de tu hijo adolescente, pero sobre todo, si tu situación te causa mucho malestar o está afectando a su vida diaria, es un buen momento para acudir a un psicólogo/a.

En psicologíaTR3S, nos encargaremos de evaluar la situación, os ayudaremos a encontrar una explicación a lo que te está pasando y os propondremos una serie de herramientas que poner en práctica para volver a encontrarte bien y recuperar tu vida.

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